La Biblia en sus Tradiciones

Job 33,1–13

RV

POR tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis palabras.

He aquí yo abriré ahora mi boca, Y mi lengua hablará en mi garganta.

Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y mis labios proferirán pura sabiduría.

El espíritu de Dios me hizo, Y la inspiración del Omnipotente me dió vida.

Si pudieres, respóndeme: Dispón tus palabras, está delante de mí.

Heme aquí á mí en lugar de Dios, conforme á tu dicho: De lodo soy yo también formado.

He aquí que mi terror no te espantará, Ni mi mano se agravará sobre ti.

De cierto tú dijiste á oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían:

Yo soy limpio y sin defecto; Y soy inocente, y no hay maldad en mí.

10 He aquí que él buscó achaques contra mí, Y me tiene por su enemigo;

11 Puso mis pies en el cepo, Y guardó todas mis sendas.

12 He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.

13 ¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.