Un proyecto de Programa de Investigación La Biblia en su Tradiciones AISBL
Dirigido por la École Biblique et Archéologique Française de Jérusalem
Para ayudarnos, haga clic aquí
11 He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; Y pasará, y no lo entenderé.
12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá, Qué haces?
13 Dios no tornará atrás su ira, Y debajo de él se encorvan los que ayudan á los soberbios.
14 ¿Cuánto menos le responderé yo, Y hablaré con él palabras estudiadas?
15 Que aunque fuese yo justo, no responderé; Antes habré de rogar á mi juez.
16 Que si yo le invocase, y él me respondiese, Aun no creeré que haya escuchado mi voz.
17 Porque me ha quebrado con tempestad, Y ha aumentado mis heridas sin causa.
18 No me ha concedido que tome mi aliento; Mas hame hartado de amarguras.
19 Si habláremos de su potencia, fuerte por cierto es; Si de juicio, ¿quién me emplazará?
20 Si yo me justificare, me condenará mi boca; Si me dijere perfecto, esto me hará inicuo.
21 Bien que yo fuese íntegro, no conozco mi alma: Reprocharé mi vida.
22 Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.
23 Si azote mata de presto, Ríese de la prueba de los inocentes.
24 La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿dónde está?
25 Mis días han sido más ligeros que un correo; Huyeron, y no vieron el bien.
26 Pasaron cual navíos veloces: Como el águila que se arroja á la comida.
27 Si digo: Olvidaré mi queja, Dejaré mi aburrimiento, y esforzaréme:
28 Contúrbanme todos mis trabajos; Sé que no me darás por libre.
29 Yo soy impío, ¿Para qué trabajaré en vano?
30 Aunque me lave con aguas de nieve, Y limpie mis manos con la misma limpieza,
31 Aun me hundirás en el hoyo, Y mis propios vestidos me abominarán.
32 Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, Y vengamos juntamente á juicio.
33 No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros ambos.
34 Quite de sobre mí su vara, Y su terror no me espante.
35 Entonces hablaré, y no le temeré: Porque así no estoy en mí mismo.
10,1 ESTA mi alma aburrida de mi vida: Daré yo suelta á mi queja sobre mí, Hablaré con amargura de mi alma.
10,2 Diré á Dios: no me condenes; Hazme entender por qué pleiteas conmigo.
10,3 ¿Parécete bien que oprimas, Que deseches la obra de tus manos, Y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos?
10,4 ¿Tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre?
10,5 ¿Son tus días como los días del hombre, O tus años como los tiempos humanos,
10,6 Para que inquieras mi iniquidad, Y busques mi pecado,
10,7 Sobre saber tú que no soy impío, Y que no hay quien de tu mano libre?
10,8 Tus manos me formaron y me compusieron Todo en contorno: ¿y así me deshaces?
10,9 Acuérdate ahora que como á lodo me diste forma: ¿Y en polvo me has de tornar?
10,10 ¿No me fundiste como leche, Y como un queso me cuajaste?
10,11 Vestísteme de piel y carne, Y cubrísteme de huesos y nervios.
10,12 Vida y misericordia me concediste, Y tu visitación guardó mi espíritu.
10,13 Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; Yo sé que esto está cerca de ti.
10,14 Si pequé, tú me has observado, Y no me limpias de mi iniquidad.
10,15 Si fuere malo, ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando harto de deshonra, Y de verme afligido.
10,16 Y subirá de punto, pues me cazas como á león, Y tornas á hacer en mí maravillas.
10,17 Renuevas contra mí tus plagas, Y aumentas conmigo tu furor, Remudándose sobre mí ejércitos.
10,18 ¿Por qué me sacaste de la matriz? Habría yo espirado, y no me vieran ojos.
10,19 Fuera, como si nunca hubiera sido, Llevado desde el vientre á la sepultura.
10,20 ¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me conforte un poco.
10,21 Antes que vaya para no volver, A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;
10,22 Tierra de oscuridad, lóbrega Como sombra de muerte, sin orden, Y que aparece como la oscuridad misma.