La Biblia en sus Tradiciones

Proverbios 21,2–22,16

RV

Todo camino del hombre es recto en su opinión: Mas Jehová pesa los corazones.

Hacer justicia y juicio es á Jehová Más agradable que sacrificio.

Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y el brillo de los impíos, son pecado.

Los pensamientos del solícito ciertamente van á abundancia; Mas todo presuroso, indefectiblemente á pobreza.

Allegar tesoros con lengua de mentira, Es vanidad desatentada de aquellos que buscan la muerte.

La rapiña de los impíos los destruirá; Por cuanto no quisieron hacer juicio.

El camino del hombre perverso es torcido y extraño: Mas la obra del limpio es recta.

Mejor es vivir en un rincón de zaquizamí. Que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.

10 El alma del impío desea mal: Su prójimo no le parece bien.

11 Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y cuando se amonestare al sabio, aprenderá ciencia.

12 Considera el justo la casa del impío: Cómo los impíos son trastornados por el mal.

13 El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.

14 El presente en secreto amansa el furor, Y el don en el seno, la fuerte ira.

15 Alegría es al justo hacer juicio; Mas quebrantamiento á los que hacen iniquidad.

16 El hombre que se extravía del camino de la sabiduría, Vendrá á parar en la compañía de los muertos.

17 Hombre necesitado será el que ama el deleite: Y el que ama el vino y ungüentos no enriquecerá.

18 El rescate del justo es el impío, Y por los rectos el prevaricador.

19 Mejor es morar en tierra del desierto, Que con la mujer rencillosa é iracunda.

20 Tesoro codiciable y pingüe hay en la casa del sabio; Mas el hombre insensato lo disipará.

21 El que sigue la justicia y la misericordia, Hallará la vida, la justicia, y la honra.

22 La ciudad de los fuertes tomó el sabio, Y derribó la fuerza en que ella confiaba.

23 El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.

24 Soberbio y presuntuoso escarnecedor es el nombre Del que obra con orgullosa saña.

25 El deseo del perezoso le mata, Porque sus manos no quieren trabajar.

26 Hay quien todo el día codicia: Mas el justo da, y no desperdicia.

27 El sacrificio de los impíos es abominación: ­Cuánto más ofreciéndolo con maldad!

28 El testigo mentiroso perecerá: Mas el hombre que oye, permanecerá en su dicho.

29 El hombre impío afirma rostro: Mas el recto ordena sus caminos.

30 No hay sabiduría, ni inteligencia, Ni consejo, contra Jehová.

31 El caballo se apareja para el día de la batalla: Mas de Jehová es el salvar.

22,1 DE más estima es la buena fama que las muchas riquezas; Y la buena gracia más que la plata y el oro.

22,2 El rico y el pobre se encontraron: A todos ellos hizo Jehová.

22,3 El avisado ve el mal, y escóndese: Mas los simples pasan, y reciben el daño.

22,4 Riquezas, y honra, y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.

22,5 Espinas y lazos hay en el camino del perverso: El que guarda su alma se alejará de ellos.

22,6 Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.

22,7 El rico se enseñoreará de los pobres; Y el que toma prestado, siervo es del que empresta.

22,8 El que sembrare iniquidad, iniquidad segará: Y consumiráse la vara de su ira.

22,9 El ojo misericordioso será bendito, Porque dió de su pan al indigente.

22,10 Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, Y cesará el pleito y la afrenta.

22,11 El que ama la limpieza de corazón, Por la gracia de sus labios su amigo será el rey.

22,12 Los ojos de Jehová miran por la ciencia; Mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.

22,13 Dice el perezoso: El león está fuera; En mitad de las calles seré muerto.

22,14 Sima profunda es la boca de las extrañas: Aquel contra el cual estuviere Jehová airado, caerá en ella.

22,15 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la hará alejar de él.

22,16 El que oprime al pobre para aumentarse él, Y que da al rico, ciertamente será pobre.