La Biblia en sus Tradiciones

1 Reyes 21,1–22,54

RV

PASADOS estos negocios, aconteció que Naboth de Jezreel tenía en Jezreel una viña junto al palacio de Achâb rey de Samaria.

Y Achâb habló á Naboth, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana, junto á mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; ó si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero.

Y Naboth respondió á Achâb: Guárdeme Jehová de que yo te dé á ti la heredad de mis padres.

Y vínose Achâb á su casa triste y enojado, por la palabra que Naboth de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y acostóse en su cama, y volvió su rostro, y no comió pan.

Y vino á él su mujer Jezabel, y díjole: ¿Por qué está tan triste tu espíritu, y no comes pan?

Y él respondió: Porque hablé con Naboth de Jezreel, y díjele que me diera su viña por dinero, ó que, si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi viña.

Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come pan, y alégrate: yo te daré la viña de Naboth de Jezreel.

Entonces ella escribió cartas en nombre de Achâb, y sellólas con su anillo y enviólas á los ancianos y á los principales que moraban en su ciudad con Naboth.

Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned á Naboth á la cabecera del pueblo;

10 Y poned dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él, y digan: Tú has blasfemado á Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo, y muera.

11 Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, lo hicieron como Jezabel les mandó, conforme á lo escrito en las cartas que ella les había enviado.

12 Y promulgaron ayuno, y asentaron á Naboth á la cabecera del pueblo.

13 Vinieron entonces dos hombres perversos, y sentáronse delante de él: y aquellos hombres de Belial atestiguaron contra Naboth delante del pueblo, diciendo: Naboth ha blasfemado á Dios y al rey. Y sacáronlo fuera de la ciudad, y apedreáronlo con piedras, y

14 Después enviaron á decir á Jezabel: Naboth ha sido apedreado y muerto.

15 Y como Jezabel oyó que Naboth había sido apedreado y muerto, dijo á Achâb: Levántate y posee la viña de Naboth de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Naboth no vive, sino que es muerto.

16 Y oyendo Achâb que Naboth era muerto, levantóse para descender á la viña de Naboth de Jezreel, para tomar posesión de ella.

17 Entonces fué palabra de Jehová á Elías Thisbita, diciendo:

18 Levántate, desciende á encontrarte con Achâb rey de Israel, que está en Samaria: he aquí él está en la viña de Naboth, á la cual ha descendido para tomar posesión de ella.

19 Y hablarle has, diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste y también has poseído? Y tornarás á hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Naboth, los perros lamerán también tu sangre, la tuya misma.

20 Y Achâb dijo á Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Y él respondió: Hete encontrado, porque te has vendido á mal hacer delante de Jehová.

21 He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad, y talaré de Achâb todo meante á la pared, al guardado y al desamparado en Israel:

22 Y yo pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahía; por la provocación con que me provocaste á ira, y con que has hecho pecar á Israel.

23 De Jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán á Jezabel en la barbacana de Jezreel.

24 El que de Achâb fuere muerto en la ciudad, perros le comerán: y el que fuere muerto en el campo, comerlo han las aves del cielo.

25 (A la verdad ninguno fué como Achâb, que se vendiese á hacer lo malo á los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba.

26 El fué en grande manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme á todo lo que hicieron los Amorrheos, á los cuales lanzó Jehová delante de los hijos de Israel.)

27 Y acaeció cuando Achâb oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso saco sobre su carne, y ayunó, y durmió en saco, y anduvo humillado.

28 Entonces fué palabra de Jehová á Elías Thisbita, diciendo:

29 ¿No has visto como Achâb se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días: en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.

22,1 TRES años pasaron sin guerra entre los Siros é Israel.

22,2 Y aconteció al tercer año, que Josaphat rey de Judá descendió al rey de Israel.

22,3 Y el rey de Israel dijo á sus siervos: ¿No sabéis que es nuestra Ramoth de Galaad? y nosotros callamos en orden á tomarla de mano del rey de Siria.

22,4 Y dijo á Josaphat: ¿Quieres venir conmigo á pelear contra Ramoth de Galaad? Y Josaphat respondió al rey de Israel: Como yo, así tú; y como mi pueblo, así tu pueblo; y como mis caballos, tus caballos.

22,5 Y dijo luego Josaphat al rey de Israel: Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová.

22,6 Entonces el rey de Israel juntó los profetas, como cuatrocientos hombres, á los cuales dijo: ¿Iré á la guerra contra Ramoth de Galaad, ó la dejaré? Y ellos dijeron: Sube; porque el Señor la entregará en mano del rey.

22,7 Y dijo Josaphat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos?

22,8 Y el rey de Israel respondió á Josaphat: Aun hay un varón por el cual podríamos consultar á Jehová, Michêas, hijo de Imla: mas yo le aborrezco porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josaphat dijo: No hable el rey así.

22,9 Entonces el rey de Israel llamó á un eunuco, y díjole: trae presto á Michêas hijo de Imla.

22,10 Y el rey de Israel y Josaphat rey de Judá estaban sentados cada uno en su silla, vestidos de sus ropas reales, en la plaza junto á la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos.

22,11 Y Sedechîas hijo de Chânaana se había hecho unos cuernos de hierro, y dijo: Así ha dicho Jehová: Con éstos acornearás á los Siros hasta acabarlos.

22,12 Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube á Ramoth de Galaad, y serás prosperado; que Jehová la dará en mano del rey.

22,13 Y el mensajero que había ido á llamar á Michêas, hablóle, diciendo: He aquí las palabras de los profetas á una boca anuncian al rey bien: sea ahora tu palabra conforme á la palabra de alguno de ellos, y anuncia bien.

22,14 Y Michêas respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré.

22,15 Vino pues al rey, y el rey le dijo: Michêas, ¿iremos á pelear contra Ramoth de Galaad, ó la dejaremos? Y él respondió: Sube, que serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey.

22,16 Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de conjurarte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?

22,17 Entonces él dijo: Yo ví á todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor: y Jehová dijo: Estos no tienen señor: vuélvase cada uno á su casa en paz.

22,18 Y el rey de Israel dijo á Josaphat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente mal.

22,19 Entonces él dijo: Oye pues palabra de Jehová: Yo vi á Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto á él, á su diestra y á su siniestra.

22,20 Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá á Achâb, para que suba y caiga en Ramoth de Galaad? Y uno decía de una manera; y otro decía de otra.

22,21 Y salió un espíritu, y púsose delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera?

22,22 Y él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: inducirlo has, y aun saldrás con ello; sal pues, y hazlo así.

22,23 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.

22,24 Llegándose entonces Sedechîas hijo de Chânaana, hirió á Michêas en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fué de mí el espíritu de Jehová para hablarte á ti?

22,25 Y Michêas respondió: He aquí tú lo verás en aquel día, cuando te irás metiendo de cámara en cámara por esconderte.

22,26 Entonces el rey de Israel dijo: Toma á Michêas, y vuélvelo á Amón gobernador de la ciudad, y á Joas hijo del rey;

22,27 Y dirás: Así ha dicho el rey: Echad á éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.

22,28 Y dijo Michêas: Si llegares á volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oid, pueblos todos.

22,29 Subió pues el rey de Israel con Josaphat rey de Judá á Ramoth de Galaad.

22,30 Y el rey de Israel dijo á Josaphat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla: y tú vístete tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla.

22,31 Mas el rey de Siria había mandado á sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis vosotros ni con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel.

22,32 Y como los capitanes de los carros vieron á Josaphat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y viniéronse á él para pelear con él; mas el rey Josaphat dió voces.

22,33 Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, apartáronse de él.

22,34 Y un hombre disparando su arco á la ventura, hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura; por lo que dijo él á su carretero: Toma la vuelta, y sácame del campo, que estoy herido.

22,35 Mas la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los Siros, y á la tarde murió: y la sangre de la herida corría por el seno del carro.

22,36 Y á puesta del sol salió un pregón por el campo, diciendo: ­Cada uno á su ciudad, y cada cual á su tierra!

22,37 Y murió pues el rey, y fué traído á Samaria; y sepultaron al rey en Samaria.

22,38 Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; lavaron también sus armas; y los perros lamieron su sangre, conforme á la palabra de Jehová que había hablado.

22,39 Lo demás de los hechos de Achâb, y todas las cosas que ejecutó, y la casa de marfil que hizo, y todas las ciudades que edificó, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

22,40 Y durmió Achâb con sus padres, y reinó en su lugar Ochôzías su hijo.

22,41 Y Josaphat hijo de Asa comenzó á reinar sobre Judá en el cuarto año de Achâb rey de Israel.

22,42 Y era Josaphat de treinta y cinco años cuando comenzó á reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalem. El nombre de su madre fué Azuba hija de Silai.

22,43 Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin declinar de él, haciendo lo recto en los ojos de Jehová. (H22-44) Con todo eso los altos no fueron quitados; que el pueblo sacrificaba aun, y quemaba perfumes en los altos.

22,44 (H22-45) Y Josaphat hizo paz con el rey de Israel.

22,45 (H22-46) Lo demás de los hechos de Josaphat, y sus hazañas, y las guerras que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

22,46 (H22-47) Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que habían quedado en el tiempo de su padre Asa.

22,47 (H22-48) No había entonces rey en Edom; presidente había en lugar de rey.

22,48 (H22-49) Había Josaphat hecho navíos en Tharsis, los cuales habían de ir á Ophir por oro; mas no fueron, porque se rompieron en Ezion-geber.

22,49 (H22-50) Entonces Ochôzías hijo de Achâb dijo á Josaphat: Vayan mis siervos con los tuyos en los navíos. Mas Josaphat no quiso.

22,50 (H22-51) Y durmió Josaphat con sus padres, y fué sepultado con sus padres en la ciudad de David su padre; y en su lugar reinó Joram su hijo.

22,51 (H22-52) Y Ochôzías hijo de Achâb comenzó á reinar sobre Israel en Samaria, el año diecisiete de Josaphat rey de Judá; y reinó dos años sobre Israel.

22,52 (H22-53) E hizo lo malo en los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de su padre, y en el camino de su madre, y en el camino de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar á Israel:

22,53 (H22-54) Porque sirvió á Baal, y lo adoró, y provocó á ira á Jehová Dios de Israel, conforme á todas las cosas que su padre había hecho.