La Biblia en sus Tradiciones

Proverbios 26,1–29,27

RV

COMO la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, Así conviene al necio la honra.

Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición sin causa nunca vendrá.

El látigo para el caballo, y el cabestro para el asno, Y la vara para la espalda del necio.

Nunca respondas al necio en conformidad á su necedad, Para que no seas tú también como él.

Responde al necio según su necedad, Porque no se estime sabio en su opinión.

Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía algo por mano de un necio.

Alzar las piernas del cojo. Así es el proverbio en la boca del necio.

Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que al necio da honra.

Espinas hincadas en mano del embriagado, Tal es el proverbio en la boca de los necios.

10 El grande cría todas las cosas; y da la paga al insensato, Y la da á los transgresores.

11 Como perro que vuelve á su vómito, Así el necio que repite su necedad.

12 ¿Has visto hombre sabio en su opinión? Más esperanza hay del necio que de él.

13 Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles.

14 Las puertas se revuelven en sus quicios: Así el perezoso en su cama.

15 Esconde el perezoso su mano en el seno; Cánsase de tornarla á su boca.

16 A su ver es el perezoso más sabio Que siete que le den consejo.

17 El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, Es como el que toma al perro por las orejas.

18 Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte,

19 Tal es el hombre que daña á su amigo, Y dice: Ciertamente me chanceaba.

20 Sin leña se apaga el fuego: Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

21 El carbón para brasas, y la leña para el fuego: Y el hombre rencilloso para encender contienda.

22 Las palabras del chismoso parecen blandas; Mas ellas entran hasta lo secreto del vientre.

23 Como escoria de plata echada sobre el tiesto, Son los labios enardecidos y el corazón malo.

24 Otro parece en los labios al que aborrece; Mas en su interior pone engaño.

25 Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón.

26 Encúbrese el odio con disimulo; Mas su malicia será descubierta en la congregación.

27 El que cavare sima, caerá en ella: Y el que revuelva la piedra, á él volverá.

28 La falsa lengua atormenta al que aborrece: Y la boca lisonjera hace resbaladero.

27,1 NO te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.

27,2 Alábete el extraño, y no tu boca; El ajeno, y no tus labios.

27,3 Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.

27,4 Cruel es la ira, é impetuoso el furor; Mas ¿quién parará delante de la envidia?

27,5 Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.

27,6 Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.

27,7 El alma harta huella el panal de miel; Mas al alma hambrienta todo lo amargo es dulce.

27,8 Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar.

27,9 El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.

27,10 No dejes á tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.

27,11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me deshonrare.

27,12 El avisado ve el mal, y escóndese, Mas los simples pasan, y llevan el daño.

27,13 Quítale su ropa al que fió al extraño; Y al que fió á la extraña, tómale prenda.

27,14 El que bendice á su amigo en alta voz, madrugando de mañana, Por maldición se le contará.

27,15 Gotera continua en tiempo de lluvia, Y la mujer rencillosa, son semejantes:

27,16 El que pretende contenerla, arresta el viento: O el aceite en su mano derecha.

27,17 Hierro con hierro se aguza; Y el hombre aguza el rostro de su amigo.

27,18 El que guarda la higuera, comerá su fruto; Y el que guarda á su señor, será honrado.

27,19 Como un agua se parece á otra, Así el corazón del hombre al otro.

27,20 El sepulcro y la perdición nunca se hartan: Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

27,21 El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro: Y al hombre la boca del que lo alaba.

27,22 Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo á pisón majados, No se quitará de él su necedad.

27,23 Considera atentamente el aspecto de tus ovejas; Pon tu corazón á tus rebaños:

27,24 Porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

27,25 Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y segaránse las hierbas de los montes.

27,26 Los corderos para tus vestidos, Y los cabritos para el precio del campo:

27,27 Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, y para mantenimiento de tu casa, Y para sustento de tus criadas.

28,1 HUYE el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un leoncillo.

28,2 Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos: Mas por el hombre entendido y sabio permanecerá sin mutación.

28,3 El hombre pobre y robador de los pobres, Es lluvia de avenida y sin pan.

28,4 Los que dejan la ley, alaban á los impíos: Mas los que la guardan, contenderán con ellos.

28,5 Los hombres malos no entienden el juicio: Mas los que buscan á Jehová, entienden todas las cosas.

28,6 Mejor es el pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos, y rico.

28,7 El que guarda la ley es hijo prudente: Mas el que es compañero de glotones, avergüenza á su padre.

28,8 El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, Para que se dé á los pobres lo allega.

28,9 El que aparta su oído para no oir la ley, Su oración también es abominable.

28,10 El que hace errar á los rectos por el mal camino, Él caerá en su misma sima: Mas los perfectos heredarán el bien.

28,11 El hombre rico es sabio en su opinión: Mas el pobre entendido lo examinará.

28,12 Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando los impíos son levantados, es buscado el hombre.

28,13 El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.

28,14 Bienaventurado el hombre que siempre está temeroso: Mas el que endurece su corazón, caerá en mal.

28,15 León rugiente y oso hambriento, Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.

28,16 El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios: Mas el que aborrece la avaricia, prolongará sus días.

28,17 El hombre que hace violencia con sangre de persona, Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.

28,18 El que en integridad camina, será salvo; Mas el de perversos caminos caerá en alguno.

28,19 El que labra su tierra, se hartará de pan: Mas el que sigue los ociosos, se hartará de pobreza.

28,20 El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones: Mas el que se apresura á enriquecer, no será sin culpa.

28,21 Tener acepción de personas, no es bueno: Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.

28,22 Apresúrase á ser rico el hombre de mal ojo; Y no conoce que le ha de venir pobreza.

28,23 El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia Que el que lisonjea con la lengua.

28,24 El que roba á su padre ó á su madre, y dice que no es maldad, Compañero es del hombre destruidor.

28,25 El altivo de ánimo suscita contiendas: Mas el que en Jehová confía, medrará.

28,26 El que confía en su corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría, será salvo.

28,27 El que da al pobre, no tendrá pobreza: Mas el que aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.

28,28 Cuando los impíos son levantados, esconderáse el hombre: Mas cuando perecen, los justos se multiplican.

29,1 EL hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado; ni habrá para él medicina.

29,2 Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra: Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.

29,3 El hombre que ama la sabiduría, alegra á su padre: Mas el que mantiene rameras, perderá la hacienda.

29,4 El rey con el juicio afirma la tierra: Mas el hombre de presentes la destruirá.

29,5 El hombre que lisonjea á su prójimo, Red tiende delante de sus pasos.

29,6 En la prevaricación del hombre malo hay lazo: Mas el justo cantará y se alegrará.

29,7 Conoce el justo la causa de los pobres: Mas el impío no entiende sabiduría.

29,8 Los hombres escarnecedores enlazan la ciudad: Mas los sabios apartan la ira.

29,9 Si el hombre sabio contendiere con el necio, Que se enoje ó que se ría, no tendrá reposo.

29,10 Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto: Mas los rectos buscan su contentamiento.

29,11 El necio da suelta á todo su espíritu; Mas el sabio al fin le sosiega.

29,12 Del señor que escucha la palabra mentirosa, Todos sus ministros son impíos.

29,13 El pobre y el usurero se encontraron: Jehová alumbra los ojos de ambos.

29,14 El rey que juzga con verdad á los pobres, Su trono será firme para siempre.

29,15 La vara y la corrección dan sabiduría: Mas el muchacho consentido avergonzará á su madre.

29,16 Cuando los impíos son muchos, mucha es la prevaricación; Mas los justos verán la ruina de ellos.

29,17 Corrige á tu hijo, y te dará descanso, Y dará deleite á tu alma.

29,18 Sin profecía el pueblo será disipado: Mas el que guarda la ley, bienaventurado él.

29,19 El siervo no se corregirá con palabras: Porque entiende, mas no corresponde.

29,20 ¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él.

29,21 El que regala á su siervo desde su niñez, A la postre será su hijo:

29,22 El hombre iracundo levanta contiendas; Y el furioso muchas veces peca.

29,23 La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

29,24 El aparcero del ladrón aborrece su vida; Oirá maldiciones, y no lo denunciará.

29,25 El temor del hombre pondrá lazo: Mas el que confía en Jehová será levantado.

29,26 Muchos buscan el favor del príncipe: Mas de Jehová viene el juicio de cada uno.

29,27 Abominación es á los justos el hombre inicuo; Y abominación es al impío el de rectos caminos.